Pueden apreciar los dos piscinazos que nos dimos, Martin estaba desesperado por una piscina.



La primera vez fue con el sorprendido Pastor Teddy, que un jueves por la tarde asistió, abnegada y fielmente a una misteriosa consejería con un "tipo raro"... que resultó ser su amigazo y compadre Santiago. El shock fue evidente. Nos reconectamos, nos confesamos, y nos actualizamos de noticias y novedades de nuestras respectivas familias. Luego, esa misma noche se re-encontraban también Martín y sus dos amigos Ariel y Esteban, que él subió a la categoría de "primos".




El segundo piscinazo fue en Agua y Montaña, balneario cheveruco y preferido que había pasado por un período de snobismo. Ahora ya podemos regresar allá, no nos piden membresía millonaria.
Nos llevaron los primos queridos con tíos Ramón y Viviana, y la Super Abuelita Diana.
Disfrutamos mucho del tobogán, y el lindísimo clima del valle.




Luego, al regreso nos hicimos unos ricos sanduchitos a la vera del camino, literalmente, y con lluvia encima.