

Esta carpita nos la compramos en Quito a precio de gallina robada, en comparación con los precios de acá. Asi que aprovechando "uno de los ultimos días calientes" como dicen los noruegos fatalistas del clima, temerosos de que el otoño finalmente llegó y que tendremos dos meses de lluvia y niebla... la armamos, digo, y la estrenamos.
Así que Anne Lise y Martin durmieron afuera en el patio, y por supuesto que Martin estaba pletórico y bienaventurado.
Que guapa es mi esposa, pukcha...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario