Hoy me ha remordido la conciencia, porque por pereza o cansancio les he dado a mis dos hijos un almuerzo "carbohaidratico". Les cociné un fideo, y les tosté unos nachos, que entran dentro de la categoría de comida chatarra. Pucha. Claro que fue un impulso que tuve al no encontrar en la refri algo digno de preparar, y al constatar que en mi dormida cabeza no podía concebir algo rápido para preparar, ya que me había hecho un poco tarde, y los niños estaban en esa etapa previa al shock alimenticio, cuando necesitan algo de comer, y son difíciles de aguantar, porque no saben por qué están malgenios, y porque no me explico qué cuernos les pasa... y al final me doy cuenta que yo mismo soy la causa, pues están en pre hipoglicemia alimenticia.
Así que les herví unos fideos y les tosté los nachos, y claro, ellos estaban en la gloria, pues eso les encanta.
Claro, cuando ellos ya estaban comiendo busqué algo para mí, y descubrí algo mejorcito en la refri, unas hamburguesas de ayer. ...Y me las comí yo, pues también me llegaba el shock alimenticio a mí, y me sentí peor.
Pero no porque me hicieran mal, sino porque yo al final comí mejor que mis hijos.
Les ha pasado?

Ellos estuvieron agradecidos, y ni cuenta se dieron, pero yo me sentí cucaracha olímpica, casi como si esperara que el Señor en su alto trono de gloria tome esto como una falta moral. Chuta, qué padre irrrrresponsable... Lógico que al final pensé que mejor acabo con algo de fruta para los niños, para nivelar un poco la cosa... Pero estaban con la panza tan llena de fideo que no quisieron comer nada más saludable...

Rindo este tributo a la catarsis cybernética subiendo unas fotitos de los dos enanos come-chatarra.

Si tienen paabras de consuelo nutricional, las aceptaré con estoicismo
Santi, el amo de casa...